Los sistemas de riego son necesarios para abarcar grandes extensiones de terreno (campos, jardines, extensiones de césped…) Sin embargo, pueden tener problemas de fugas que impiden que el riego se efectúe de manera óptima. Esto puede afectar negativamente al entorno, con la muerte de nuestras plantas, césped o cultivos, formando charcos o causando problemas mayores como la socavación del suelo y riesgo eléctrico.